Costo de oportunidad: se denomina así a la no realización de una inversión. Se mide por la rentabilidad esperada de los fondos invertidos. Hace referencia a aquello de lo que un agente se priva o renuncia cuando hace una elección o toma de una decisión. Es el valor de la mejor opción no realizada. Se entiende como aquel costo en que se incurre al tomar una decisión y no otra. Es aquel valor o utilidad que se sacrifica por elegir una alternativa A y despreciar una alternativa B. Tomar un camino significa que se renuncia al beneficio que ofrece el camino descartado. En toda decisión que se tome hay una renunciación implícita a la utilidad o beneficios que se hubieran podido obtener si se hubiera tomado cualquier otra decisión.
Siempre que se va a realizar una inversión, está presente el dilema y la incertidumbre de si es mejor invertir en una opción o en otra. Cada opción trae consigo ventajas y desventajas, las cuales hay que evaluar profundamente para decidir cual permite un menor costo de oportunidad.
Dadas dos opciones; A y B, cada una de ellas ofrece una mayor o menor utilidad, y cualquier opción que se elija, significa renunciar a la utilidad que ofrece la otra. Se debe evaluar con exactitud la opción que sacrifique la menor utilidad y elegir aquella opción que ofrezca la mayor utilidad, que obviamente será la decisión ideal, siempre y cuando supongamos que las dos opciones tienen el mismo riesgo.
Esto significa que manos privadas van a invertir siempre hacia las situaciones más beneficiosas y no según las necesidades públicas o el bien común. Además del pequeño detalle de que si las tasas de interés son altas van a preferir invertir su dinero en la especulación financiera en lugar de la producción.
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